Esta semana me enteré de que uno de los mejores entrenadores de mi gym lo ha dejado todo para montárselo por su cuenta.
Cojonudo, pensé yo.
Lo que me ha sorprendido no ha sido su decisión. Ha sido la reacción de la gente.
Que si qué locura.
Que si qué arriesgado.
Que si con lo mal que está la vida.
Que si puede salirle muy mal.
Y yo pensando: hostia, con razón a la mayoría le va tan rematadamente mal.
Porque con tremenda mentalidad de escasez, con el miedo supurando por cada uno de los poros de la piel, no me extraña nada.
Mira, yo no fui tan valiente.
No elegí tomar las riendas de mi vida: fue la vida la que las tomó por mí. Me puso contra las cuerdas, y me enseñó a hostias lo que hoy te cuento en este episodio.
Me refiero a la historia que jamás he contado:
- Cómo pasé de un empleo estable a verme con el culo al aire en el peor momento de mi vida.
- Cómo me di cuenta de que nunca más dependería de un sueldo.
Y lo más importante: - Las tres habilidades que desarrollé para no volver a necesitar un empleo, una nómina o un cliente tóxico nunca más.
En resumen, que si dependes de algo o de alguien para generar dinero, jamás serás libre.
Pero si dominas esto… ya nadie decidirá por ti.
Dale al play: quizás descubras algo que no sabías que necesitabas escuchar.
Solo eres libre cuándo puedes decidir. Y aquí verás cómo hacerlo.
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