Habitualmente los emprendedores pecamos de un mal común: el ansia.
Las ganas de lanzar un nuevo proyecto o dar a conocer nuestra idea, nos llevan a tomar decisiones, en ocasiones, demasiado precipitadas.
Un claro ejemplo es el de lanzar nuestro nuevo Sitio de Membresía a lo loco, sin tener ni la más remota idea de si le va a interesar a alguien más que a nuestra madre.
Y es que los negocios de suscripción requieren, sí o sí, de una comunidad previa. Un grupo de personas, cercanas y afines, que nos permitan conocer el interés real que nuestro producto suscita en el mercado.
Precisamente, esta comunidad nos permitirá lanzar una versión mínima -pero viable- de nuestra membresía y enfrentarla al mercado cuanto antes.
El objetivo es claro: validar si el producto que estamos creando es susceptible de ser comprado -o suscrito- por parte de los consumidores. De lo contrario, no merece la pena invertir en él ni un minuto más de nuestro tiempo.
Una sesión de Consultoría puede ayudarte con la fase de validación de tu negocio de membresía.