Mi próximo negocio será sí o sí como este.

Soltar un negocio rentable no es problema. Lo jodido es montarlo de forma que puedas hacerlo.

Te lo decía el otro día. 

Soltar el negocio por el que había matado los últimos siete años de mi vida, no fue una decisión impulsiva, ni un acto de fe, ni un capricho de alguien que «puede permitírselo».

Fue una decisión lógica que solo pude tomar al haber construido las condiciones correctas.

Esas 5 palancas que te conté, que me permitieron hacerlo sin miedo. O con menos miedo.

Hoy voy a hablarte de una de las más importantes. La que marca la diferencia entre un negocio que te esclaviza… y uno que te da la libertad de hacer lo que te dé la gana.

El Negocio Libre.

¿Qué es eso?

Espera, antes quiero dar las gracias.

¿A quién? ¿A Pedro Sánchez?

Jajjaja no hombre, a ese no.

Me refiero a los montones de personas que nos escribieron a Marta y a mí con bonitas palabras sobre el último episodio de «Libre para decidir.»

Ese podcast crudo y desnudo, sin guion ni guarnición, que habitualmente grabo solo con un móvil paseando por el mundo.

Ese programa en cuyo último capítulo invité a mi mujer para que contara, sin censura ni mesura, cómo vivió desde dentro todo este proceso de soltar el negocio.

Cómo lo vio. Cómo lo sintió. Cómo lo gestionó.

Porque soltar un negocio no solo afecta a quien lo deja, sino también a quien está a su lado.

Si aún no lo has escuchado, te dejo el enlace para que lo hagas cuándo hayas acabo de leer este email.

Bien.

Construir un Negocio Libre fue una de las decisiones más importantes de mi vida.

Puedes pensar que exagero, pero si continúas leyendo verás que no.

El error que casi todos los emprendedores digitales cometen.

Mira, la  mayoría de emprendedores se complican exageradamente.

Creen que cuanto más grande, mejor.

Cuantos más empleados, mejor.

Cuantos más sistemas, mejor.

Pero en realidad, lo único que están haciendo es construir una jaula más grande en la que respirar con extrema dificultad.

¿Más procesos?

¿Más estructuras?

¿Más personas que dependen de ti?

Paso.

Porque, cuanto más creces, más difícil es soltar.

El negocio deja de ser un vehículo para tu libertad y se convierte en una insostenible carga de la que es muy, pero que muy jodido escapar.

Eso lo tuve claro desde el principio.

No tenía empleados. No tenía reuniones. No tenía un gran equipo que me drenara energía.

Mi negocio era minimalista… pero no era libre.

Y no lo era porque dependía demasiado de mí.

Y ahí es donde empieza todo.

2017: Creíamos que lo estábamos haciendo bien, pero no.

En el 17 arrancamos con un negocio minimalista. Si me conoces ya sabes a cuál me refiero.. 

El asunto es que era un negocio sin empleados, sin pesadas estructuras ni artificiales locuras.

En teoría, estaba bien montado… Pero había un problema.

Cada cliente significaba más trabajo.

Más proyectos.

Más revisiones.

Más entregas.

Y si parábamos todo se iba a tomar por culo.

Por eso afirmo tajantemente que el negocio que monté en 2017 no era un negocio:

Era autoempleo disfrazado de negocio.

Insisto: era un autoempleo disfrazado de negocio. Era minimalista, pero no un Negocio Libre.

Y ahí entendí la maldita diferencia.

Negocio Minimalista vs. Negocio Libre.

Te lo cuento bien.

Un negocio minimalista es simple. Poca gente, pocos procesos, poco caos. Cojonudo, pero sigue dependiendo de ti.

Un Negocio Libre mantiene todas las cualidades del minimalista, pero le sumas que está diseñado para funcionar sin que tengas que estarle encima todo el tiempo.

Y sí, es cierto, los negocios minimalistas te dan menos dolores de cabeza.

Pero los Negocios Libres te dan la libertad.

Y yo quería la segunda opción. Eran mis costumbres y había que respetarlas. 

Así que hicimos lo que había que hacer:

Dejamos de vender servicios 1 a 1.

Simplificamos la oferta a la mínima expresión.

Automatizamos proceso de ventas y entrega de producto.

Construimos un sistema que podía operar en gran medida aunque estuviéramos muertos.

(También te digo, y esto no es falsa modestia ni nada, que lograrlo no es nada complicado para alguien que solo sabe hacer eso).

El Negocio Libre me cambió mi vida… antes de soltarlo.

Por primera vez en mi vida, dejé de tener ansiedad por el negocio cada día.

Por primera vez, podía entrenar sin mirar el móvil.

Por primera vez, podía viajar sin pensar en clientes, entregas, reuniones ni felaciones.

Por primera vez, tenía tiempo para leer, para aprender, para pensar en lo siguiente.

Podía permitirme tomar decisiones sin miedo.

Podía trabajar menos sin que el negocio se resintiera.

Podía levantarme un día y decir: “Hoy me apetece dedicárselo a ella”, y saber que el negocio seguiría funcionando.

No tenía la sensación de que si no estaba encima, todo se iría a la mierda.

Y cuando llegó el momento de soltarlo, fue más sencillo.

No digo que fuera fácil. Digo que fue más sencillo.

Porque había construido las condiciones adecuadas para que soltar no fuera una locura, sino la decisión más lógica en ese momento de mi vida.

Y por eso, mi próximo negocio, sea cuándo sea que lo monte, será un Negocio Libre.

100%.

Porque cualquier otra cosa es una jaula disfrazada de emprendimiento online.

Y, sobre todo, porque la verdadera libertad no es solo poder soltarlo cuando quieras…

Es que te haga libre desde el primer día.

Solo eres libre cuándo puedes decidir. Y aquí verás cómo hacerlo.

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