Solo para hombres.

Últimamente, ando leyendo mucho sobre salud masculina.

Será la crisis de los 40 o lo que sea, pero es algo que cada vez me interesa más.

Y tengo que decirte, amigo mío, que estamos dejando escapar nuestra fuerza sin darnos cuenta.

Me refiero a nuestros niveles de testosterona, esos que definen desde nuestra masa muscular hasta nuestra motivación y confianza.

Lamentablemente, los niveles de testosterona en el hombre no han hecho más que descender en el último siglo.

Tenemos, casi literalmente, los niveles de testosterona que tendría un anciano hace cincuenta años.

Y la responsabilidad no es de la sociedad, de los gobiernos o de las élites opresoras.

Es nuestra.

De todos y cada uno de los hombres que poblamos la Tierra terrenal.

Esto nos afecta en más aspectos de los que pensamos:

  • Su deficiencia se ha asociado a síntomas de depresión, fatiga y disminución de la motivación.
  • Afecta gravemente a nuestro rendimiento cognitivo, nuestra capacidad para mantener el foco y la gestión del estrés y la ansiedad.
  • Tiene una relación directa con la masa muscular y la fuerza, además de haberse vinculado a la confianza en uno mismo.

En el caos de la modernidad, hemos aceptado ser débiles.

Permitimos que soluciones rápidas nos engañen con la promesa de comodidad a cambio de nuestra vitalidad.

Hay que cortar ese camino de autodestrucción masculina.

Llevo tiempo investigando y aprendiendo sobre este tema.

Y he llegado a 7 conclusiones que seguro pueden ayudarte:

  1. Sol, no el de tu pantalla, el de afuera. Incrementa tu vitamina D, esencial para regular esa testosterona que tanto necesitamos.
  2. Come como el depredador que eres. Proteínas y grasas animales, no solo llenan, transforman.
  3. Duerme más y mejor. Si piensas que «ya descansarás cuando estés muerto», ese día podría llegar antes de lo esperado.
  4. Levanta pesas. El ejercicio de fuerza no es negociable.
  5. Conéctate con la tierra. Literalmente. No es esoterismo, es ciencia.
  6. Organiza tus actividades. Tu cuerpo no es una máquina de café, requiere precisión para funcionar bien.
  7. Evita los disruptores endocrinos. Esos plásticos y pesticidas son más peligrosos de lo que piensas.

Aplica estos hábitos durante un mes y dime si no te sientes distinto.

Porque esto no es solo hablar, es hacer.

Es decidir si quieres seguir siendo parte del rebaño que acepta la mediocridad o si estás listo para reclamar tu fuerza.

Esa fuerza que te corresponde como hombre.

Si quieres saber cómo manejo mi día a día para trabajar mi energía masculina, apúntate ahí abajo y te lo cuento: